Piazzolla me ha dejado ciertos hitos en el oído a lo largo de mi vida como escucha. Mi primer recuerdo, un poco mezclado, es una recopilación de música latina que tenía un tío y uno de los tracks era el segundo quinteto con gary burton, más tarde, o poco antes, recuerdo estar en mi cuarto escuchando la radio y quedarme esperando la información de esa música que tanto me había afectado, era el Four for Tango para cuarteto de cuerdas ejecutado por Kronos Quartet. Pues bien, me volví un ávido adorador de Astor y en ese afán que nos endiabla cuando somos jóvenes, comencé mi colección de discos del gran Piazzolla. En dicha tarea empecé a intercambiar material con amigos y entusiastas del maestro. Elpadre de una de estas personas tenía una colecciñon bastante respetable de discos, y así fue como llegó a mis manos el Tristezas de un doble A, un concierto en vivo desde Viena la segunda reencarnación del quinteto. Baste decir que no he olvidado cómo ponía una y otra vez el disco embelasado por la increíble interpretación de los músicos. Pues bien como todo lo prestado (aunque algunos quieran ejercer lo contrario) devolví el disco y así pasaron los años. Jamás lo volví a encontrar, ni en tiendas ni después cuando empecé a buscar en lugares más raros, hasta que por fin, en un blog bendito el disco todavía no había sido eliminado. Lo reescuché y, señores, puedo afirmarles que es lamejor versión de Tristezas de un doble A (composición hecha por Astor como homenaje al constructor de bandoneones Alfred Arnold de quién se dice era el Stradivarius de los fuelles) que este servidor ha escuchado en su miserable vida. La sublime interpretación dura 22 minutos en los que cada miembro del quinteto desplaya una maestría e el instrumento y en el tango que pocas veces he escuchado. Otra peculiaridad del disco es que la selección de obras para el concierto consta de piezas (Taguedia, Biyuya, Lunfardo, Tangata, ) que nunca gozaron de la popularidad de un libertango por ejemplo. Y sin embargo, el público agradece (está documentado) cada una de las notas y ataques y respiraciones de estos inmortales. Vaya pues a sus oídos y espíritus este epítome del Tango y la improvisación tanguística.
